Iván Parte II
(Ver Parte I en Temas: Historias)
....Sigo sin sueño a pesar de que hoy me levanté a las 7:30 de la mañana, a esa hora el cielo ya estaba cerrado de nubes y eso hacía que me apurara todavía más, mis compañeros con los que comparto casa, sonorenses al igual que yo, preparaban una pequeña maleta, luego nos encargamos de proteger las ventanas y puertas con madera y guardamos los artículos personales.
Un día antes por la noche fuimos a Walmart, lo abrieron sólo por dos horas y era una rebatinga. El agua, jugos, velas y linternas ya escaseaban, compramos latería, fruta, galletas, frituras y muchas botanas. De regreso vimos las colas enormes en las gasolineras, ya habían anunciado que quizá no habría combustible hasta varios días después.
Ahora visto un pants rojo y he preparado otros tres cambios por si es necesario quedarnos más tiempo aquí en el refugio. Y pensar que en México celebraron esta noche el grito de independencia, quizá mi hermano hizo algo especial por su cumpleaños, si pasa algo al menos tuve oportunidad de felicitarlo muy temprano.
Llegamos a la bodega como a las 11 de la mañana, de nuestra casa hasta aquí sólo hicimos 10 minutos, está muy cerca. Clara, Martín, Rebeca y yo fuimos los primeros en entrar, aprovechamos para acomodar nuestras cosas y esperar, nada más que esperar. Una hora más tarde comenzaron a llegar otras personas, compañeros de trabajo que viven en el condominio que proporciona la empresa Carson para quienes laboran ahí y no tienen dónde vivir, les brinda un techo y servicios, sin embargo, nosotros optamos por rentar una casa cerca de la fábrica que empaca camarón.
El condominio, la fábrica y la bodega quedan muy cerca uno de otro, por eso prefirieron nuestros jefes utilizar esta última como refugio ante la amenaza del huracán.
Cuando se abrió la puerta para que entrara el siguiente grupo ya el aire afuera se sentía con más fuerza, aunque nada de lluvia todavía, pero adentro ya todos estamos en revolución acomodando, los hombres poniéndose de acuerdo para hacer guardias en la noche, deciden turnarse de dos en dos cada tres horas.
Al completarse el grupo de 20 personas tratamos de relajarnos con revistas, jugando baraja, lotería, contando chistes y hasta tomando fotos, el caso es mandar al diablo los nervios, aprovechamos que todavía hay luz.
Continuará...
....Sigo sin sueño a pesar de que hoy me levanté a las 7:30 de la mañana, a esa hora el cielo ya estaba cerrado de nubes y eso hacía que me apurara todavía más, mis compañeros con los que comparto casa, sonorenses al igual que yo, preparaban una pequeña maleta, luego nos encargamos de proteger las ventanas y puertas con madera y guardamos los artículos personales.
Un día antes por la noche fuimos a Walmart, lo abrieron sólo por dos horas y era una rebatinga. El agua, jugos, velas y linternas ya escaseaban, compramos latería, fruta, galletas, frituras y muchas botanas. De regreso vimos las colas enormes en las gasolineras, ya habían anunciado que quizá no habría combustible hasta varios días después.
Ahora visto un pants rojo y he preparado otros tres cambios por si es necesario quedarnos más tiempo aquí en el refugio. Y pensar que en México celebraron esta noche el grito de independencia, quizá mi hermano hizo algo especial por su cumpleaños, si pasa algo al menos tuve oportunidad de felicitarlo muy temprano.
Llegamos a la bodega como a las 11 de la mañana, de nuestra casa hasta aquí sólo hicimos 10 minutos, está muy cerca. Clara, Martín, Rebeca y yo fuimos los primeros en entrar, aprovechamos para acomodar nuestras cosas y esperar, nada más que esperar. Una hora más tarde comenzaron a llegar otras personas, compañeros de trabajo que viven en el condominio que proporciona la empresa Carson para quienes laboran ahí y no tienen dónde vivir, les brinda un techo y servicios, sin embargo, nosotros optamos por rentar una casa cerca de la fábrica que empaca camarón.
El condominio, la fábrica y la bodega quedan muy cerca uno de otro, por eso prefirieron nuestros jefes utilizar esta última como refugio ante la amenaza del huracán.
Cuando se abrió la puerta para que entrara el siguiente grupo ya el aire afuera se sentía con más fuerza, aunque nada de lluvia todavía, pero adentro ya todos estamos en revolución acomodando, los hombres poniéndose de acuerdo para hacer guardias en la noche, deciden turnarse de dos en dos cada tres horas.
Al completarse el grupo de 20 personas tratamos de relajarnos con revistas, jugando baraja, lotería, contando chistes y hasta tomando fotos, el caso es mandar al diablo los nervios, aprovechamos que todavía hay luz.
Continuará...
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Judith -