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La banca

La banca Ayer pasé en camión por el Periférico Poniente, mientras veía por el cristal las calles, casas, edificios y demás cosas, recuerdos vinieron a mi mente al pasar junto a esa banca de la parada del transporte colectivo.
Ayer como esa vez circunstancias diversas me orillaron a usar este servicio. Diciembre regresó, y estaba yo ahí, en esa misma banca con dudas, incertidumbre y un nudo en la garganta.
La visita con la psicóloga, cuyo consultorio estaba enfrente, había concluido minutos antes.
Yo lo veía a él y él a mí, no decíamos mucho, no sé exactamente que pensaba, pero en mi cabeza revoloteaban sólo unas palabras dichas poco antes por la doctora: ¿han oído hablar del autismo?
Meses después ya no importa tanto, pues el chico me sonríe, me abraza, me besa y lo amo.

2 comentarios

Hilda -

A veces hasta el silencio se escucha y el aire se huele por la sensibilidad que tengamos, además de todo lo que nos rodee.
Bonita reflexión

jesusbet -

je... es increible como el frío, el cielo nublado, sonidos e incluso olores te hacen recordar muchas cosas, y despiertan sentimientos.