Cafres
Es la 1:50 de la tarde del sábado, salí de trabajar e intenté lavar mi carro en un car wash, desistí por estar congestionados, ¿por qué a todos se les ocurrió lavarlo el mismo día?. Bueno mi tsurito tendrá que esperar.
Lo que quiero contarles es que luego de mi fallido intento por dejar decente mi auto regresé al centro para compar comida, ya traía en mente que llevaría para la prolecita carne al pastor para hacer taquitos...mmm. Me estacioné por fuera de una tienda de botas, puse 3 pesos en el parquimetro, lo que me dió media hora para utilizar el espacio y crucé la calle. Un camión obstruía el paso de los vehículos que tansitaban por la Matamoros y a los que venían de la Colosio y querían dar vuelta, la causa, un choque.
Qué trastorno ha de ser eso, porque encima de que te llevas un susto enorme tienes que pasar por las preguntas de tres oficiales de policía, como en este caso, de las fotos de los reporteros gráficos de algunos medios, los curiosos, etc.
El más afectado fue un tsuru blanco, fabricado hace varios años, era tripulado por un joven conductor y dos damas que lo acompañaban, una de ellas, la que iba al frente, lloraba cuando pasé a su lado.
Otro camión se paró y se llevó a los pasajeros que iban en la unidad involucrada en el percance, entre ellos mi compañera de trabajo Carmen Dolores, del área de suscripciones.
Después de pedir mi orden en el establecimiento ubicado frente al lugar del choque, de lejos observaba. El taquero calentaba la carne, pero de vez en cuando dejaba la cuchara tipo pala con la que la volteaba para contar a sus compañeros los pormenores del accidente, hacía movimientos con las manos para que le entendieran mejor y luego volvía a lo suyo, la carne, mi carne, por favor que no se le queme....
Que si el camión se le había metido por la derecha, que si se pasó el semáforo, que no le tocaba, y que para acabarla le echaban la culpa al del tsuru por la posición en que quedó su carro, que parecía que había sido él quien que se le atravesó al camión, en fin.
Por momentos me olvidé del suceso pues en la televisión pasaban el video de Pandora "Sin él", en nueva versión, pero volví a asomarme, es que a mi me da pavor eso de verme involucrada en un choque, sobre todo porque en esta ciudad nos falta mucha cultura en cuestión de vialidad. Manejamos a veces como locos, a velocidades exesivas y somos muy irrespetuosos al hacer cambio de carriles. Ah y ni qué decir de al abrir las puertas, no nos importa golpear el carro de a lado cuando hay que estacionarse junto a alguno, etc. Hay que poner un granito de arena, al menos que por uno no quede. Ahí se los dejo para la reflexión, sobre todo para quienes andamos frente al volante.
Lo que quiero contarles es que luego de mi fallido intento por dejar decente mi auto regresé al centro para compar comida, ya traía en mente que llevaría para la prolecita carne al pastor para hacer taquitos...mmm. Me estacioné por fuera de una tienda de botas, puse 3 pesos en el parquimetro, lo que me dió media hora para utilizar el espacio y crucé la calle. Un camión obstruía el paso de los vehículos que tansitaban por la Matamoros y a los que venían de la Colosio y querían dar vuelta, la causa, un choque.
Qué trastorno ha de ser eso, porque encima de que te llevas un susto enorme tienes que pasar por las preguntas de tres oficiales de policía, como en este caso, de las fotos de los reporteros gráficos de algunos medios, los curiosos, etc.
El más afectado fue un tsuru blanco, fabricado hace varios años, era tripulado por un joven conductor y dos damas que lo acompañaban, una de ellas, la que iba al frente, lloraba cuando pasé a su lado.
Otro camión se paró y se llevó a los pasajeros que iban en la unidad involucrada en el percance, entre ellos mi compañera de trabajo Carmen Dolores, del área de suscripciones.
Después de pedir mi orden en el establecimiento ubicado frente al lugar del choque, de lejos observaba. El taquero calentaba la carne, pero de vez en cuando dejaba la cuchara tipo pala con la que la volteaba para contar a sus compañeros los pormenores del accidente, hacía movimientos con las manos para que le entendieran mejor y luego volvía a lo suyo, la carne, mi carne, por favor que no se le queme....
Que si el camión se le había metido por la derecha, que si se pasó el semáforo, que no le tocaba, y que para acabarla le echaban la culpa al del tsuru por la posición en que quedó su carro, que parecía que había sido él quien que se le atravesó al camión, en fin.
Por momentos me olvidé del suceso pues en la televisión pasaban el video de Pandora "Sin él", en nueva versión, pero volví a asomarme, es que a mi me da pavor eso de verme involucrada en un choque, sobre todo porque en esta ciudad nos falta mucha cultura en cuestión de vialidad. Manejamos a veces como locos, a velocidades exesivas y somos muy irrespetuosos al hacer cambio de carriles. Ah y ni qué decir de al abrir las puertas, no nos importa golpear el carro de a lado cuando hay que estacionarse junto a alguno, etc. Hay que poner un granito de arena, al menos que por uno no quede. Ahí se los dejo para la reflexión, sobre todo para quienes andamos frente al volante.
2 comentarios
Hilda -
A mí me choca que se me meta un idiota con un carro nuevo que parece es el primero que agarra porque no sabe como prender las direccionales, me repatina que me hagan eso y luego les pitas y te mentan la madre y se indignan y si uno los choca pues uno paga por las imbecilidades de esos idiotas. A veces ni para dar una vuelta pronunciada prenden la direccional y viene uno detrás de ellos y como bajan la velocidad casi les besa el trasero del carro y no se inmutan, en serio, hay indicadores que se deben respetar o de lo contrario ese tipo de accidentes que menciona Aleyda en esa anécdota van a pasar con mayor frcuencia y sin pena ni gloria.
Judith -