La carita en la ventana
Hoy es sábado, a diferencia de otros días soy la única que sale por la mañana a trabajar, se quedan en casa los demás miembros de mi familia.
Hoy que salí, un poco tarde por cierto, estaba en el carro, lista para emprender el camino, y en la ventana observé la carita de Santiago, me veía con ganas de querer irse, ya está acostumbrado a que sale a su escuelita los otros días, y los sábados no se resigna a no subirse al carro e irse también.
Movió la persinana y a través del cristal y los barrotes de la protección de metal me miraba, le dije adiós pero él no hizo nada, sus ojitos fijos me veían. Cuando comencé a dar reversa claramente leí lo que sus labios dijeron: Mamá.
Hoy que salí, un poco tarde por cierto, estaba en el carro, lista para emprender el camino, y en la ventana observé la carita de Santiago, me veía con ganas de querer irse, ya está acostumbrado a que sale a su escuelita los otros días, y los sábados no se resigna a no subirse al carro e irse también.
Movió la persinana y a través del cristal y los barrotes de la protección de metal me miraba, le dije adiós pero él no hizo nada, sus ojitos fijos me veían. Cuando comencé a dar reversa claramente leí lo que sus labios dijeron: Mamá.
0 comentarios