De vuelta
Anoche se calmó mi ansiedad, el ser que amo volvió. Oí su voz al teléfono diciendo llegué, ¿puedes venir a la UNI por mí? y mi alma regresó a mi cuerpo. El trecho que recorro casi a diario me pareció más largo que nunca. Su cara lucía cansada por el viaje, pero nos sonrió y abrazo a todos. Creo que anoche subí un kilo de tantos chocolates que comí. La retribución a mis momentos de angustia y soledad fue volver a tenerlo cerca. Ah y un hermoso suéter que me trajo de San Diego, jeje.
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Hilda -